“Nadie debería ser nombrado para una posición directiva si su visión se enfoca sobre las debilidades, en vez de sobre las fortalezas de las personas”. Peter Drucker
Luego de un año volátil como lo fue el 2020, el sector empresarial sufrió una baja en la productividad en la gestión. Un año después, las compañías aún no encuentran las estrategias para reactivar sus operaciones. Las metas planificadas se proyectaban cada vez a mayor tiempo, no existe una planificación, o claridad de lo que se debe aplicar para poder alcanzar la visión de la compañía.
Entre la situación actual de la compañía, y a la cual se quiere llegar en un plazo limitado, hay una gran cantidad de recursos invertidos y estrategias aplicadas. Sin un análisis adecuado, de lo que realmente está sucediendo, nunca se podrá tener una visión clara y un camino a seguir para conseguir el éxito deseado. Por esta razón, se originó el análisis de GAPS empresarial.
El análisis GAP, o también conocido como análisis de brechas, muestra la situación actual de la empresa contra la situación proyectada, con el objetivo de descubrir oportunidades de crecimiento del negocio con su aplicabilidad. Por ejemplo, una compañía tiene un nivel de ventas promedio a lo largo de un año. Los gerentes tienen como meta que, para los próximos meses, la empresa debe aumentar las ventas en un porcentaje mayor al actual. Atrás de este objetivo, hay una planificación de detallada que muestra las estrategias necesarias, así como proyectos de mejora enfocados en el cumplimiento de las metas.
El análisis de brechas permite analizar el rendimiento real actual de la compañía, comparándolo con el rendimiento previsto o potencial. Además, de poder compararlo con los de la industria, para así realizar un estudio de Benchmarking de las estrategias utilizadas por la competencia. Este análisis puede ser aplicado en todas las áreas de la compañía, ya sea por medio de ratios como número de ventas, días promedios de cobros, satisfacción del cliente, entre otros.
Es probable que pueda ser considerado un análisis fácil por hacer. Sin embargo, se debe guiar de forma sistemática para tener una perspectiva global actual. Estos son:
Definir el área con la situación actual y real en la empresa. Por medio de un autoconocimiento, los gerentes tendrán la oportunidad de evaluar su área, fijando una línea base. Se determina la posición en el mercado conjunto a las estrategias utilizadas.
Definir la situación deseada por parte de los colaboradores, la visión de la organización en un plazo, relacionada con el área estudiada. Fijando las metas que puedan ser medible, específicos y alcanzables.
Determinar la brecha, el espacio que hay entre la actualidad y la visión. Diagnosticando las causas por la cual no se ha alcanzado las metas.
De tal forma que permitirá decidir las estrategias necesarias para poder alcanzar los objetivos. Por medio de los proyectos de mejora. La aplicación de esta metodología debe siempre estar enfocada al ROI, que permitan medir la efectividad de las estrategias. Con el fin de realizar un nuevo análisis de GAP después de un plazo, y determinar si se alcanzó la visión de la empresa.
Acompañado del análisis de GAPS, los empresarios pueden beneficiarse del uso de herramientas gráficas. Por medio de un diagrama de radar, es una opción que muestra efectivamente la brecha entre la situación actual y la visión. De tal forma, que por medio de una calificación se determina lo real y lo deseado.
De esta manera se muestra a gerencia una opción visual para una mejora en la toma de decisiones, mantener enfoque en los puntos clave a mejorar, y cadencia a lo largo del tiempo.
El análisis de GAP es una herramienta empresarial efectiva que permite a los empresarios y dueños de empresas de diagnosticar cómo se está llevando a cabo las operaciones de la compañía, si están direccionada. De esta forma se mantiene enfoque en la visión de la empresa y en las metas crucialmente importante.
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